Maya, la Maestra Ilusionista que produce mundos aparentemente existentes de la Nada, ejecutará su truco maestro de hacer que todo, incluyendo mi salud, energía, palabras y promesas, parezcan volverse contra mí; y la fe y confianza en mí de mis amantes serán probadas al máximo. Pero Maya es impotente para enfrentarse contra mi Trabajo, porque Maya misma es el medio por el que logro los resultados de mi Trabajo.
Al ser el instrumento para el cumplimiento de mi Trabajo, Maya, en efecto, hace todo lo posible para lograr los mejores resultados de este Trabajo. Maya es la sombra infinita de la infinitud de Dios, y de ese modo, al no tener existencia excepto en la no existencia, naturalmente debe ceder paso a la sola y única Realidad, que es Dios. Y entonces Dios se manifiesta en Su gloria.
Cuando el Sol aparece sobre el horizonte, la sombra proyectada por un objeto es mucho más grande que el objeto mismo; pero cuando el Sol está directamente sobre la cabeza, la sombra está bajo los pies, por así decir, del objeto.
En mi presente fase de desamparo y humillación, los rayos del Sol de la Verdad parecen tenues y débiles y la Sombra de Maya, grande. Pero cuando ese Sol esté en su cenit, la Sombra que era proyectada frente al Hombre, y que dominaba su visión y pensamiento, desaparecerá. Esta será la victoria sobre Maya, cuando la ignorancia será disuelta en la gloria de la manifestación de Dios a través de mí.
Mantengan sus rostros hacia el Sol y la sombra de Maya individualizada quedará a sus espaldas, de modo que aún existiendo, no tendrá poder alguno sobre ustedes. Pero si le dan la espalda al Sol, sus sombras estarán ante ustedes y las estarán siguiendo. Aunque por sí solos no pueden deshacerse de sus sombras, si les dan la espalda y mantienen la mirada hacia el Sol, al momento de Su completo ascenso y gloria, sus sombras desaparecerán para siempre.