Puedes ganar el sustento con el sudor de tu frente y puedes ganar la divinidad con la sangre de tu corazón.
A menos que te vuelvas como el polvo no podrás realizar a Dios. Pero primero tienes que llegar a ser como una roca, pues no puedes enseguida volverte como el polvo. Lo que se necesita es retener la consciencia humana y volverse como una roca y luego desgastarse hasta convertirse en polvo a los pies del Maestro Perfecto.
Sé esclavo de la libertad, apégate al desapego. Esto significa tener deseos, pero ser el amo de ellos, no su esclavo.
Quien vive para sí mismo está verdaderamente muerto y quien muere por Dios está verdaderamente vivo.