Jesús predijo su propia crucifixión: “He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; más el tercer día resucitará”43. También predijo horrendas tribulaciones a sus discípulos: “Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para que deis testimonio delante de ellos.”44
Jesús también predijo la traición de Judas, quien con un beso identificó a Jesús para provecho de la policía, y que Pedro lo negaría tres veces antes del amanecer. Cada predicción sucedió. Hicieron comparecer a Jesús ante los ancianos y escribas judíos, quienes dictaminaron que él había blasfemado. Entonces lo condujeron ante el gobernador romano Poncio Pilato, quien lo sentenció a morir crucificado.
Jesús fue humillado, obligado a llevar una corona de espinas, escupido y forzado a arrastrar su cruz hasta el sitio de la ejecución. Los romanos lo clavaron en la cruz y lo crucificaron durante aproximadamente seis horas. Hacia el final, él dijo: “¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?”45 Jesús murió en la cruz según la tradición cristiana. Bajaron su cuerpo de la cruz y se lo entregaron a José de Arimatea, quien lo envolvió en un lienzo y lo puso “en una tumba abierta en una colina”.
En la mañana del domingo siguiente al viernes en el que Jesús fue crucificado, las discípulas acudieron para ungir el cuerpo con especias y se encontraron con que la tumba estaba abierta. Un ángel les dijo que Jesús había resucitado. Después Él se apareció poco a poco a sus discípulos, los acompañó y les indicó que predicaran su mensaje. Los Evangelios de Marcos y Lucas informan que, después de pasar un tiempo con sus discípulos, Él ascendió a los cielos.46
Jesús dejó tras de sí un movimiento religioso categóricamente diferente del Judaísmo tradicional y del Paganismo romano. La nueva religión no prometía prosperidad ni poder sino que se basaba prioritariamente en amar a Dios. Además, Jesús advirtió a sus seguidores que la seguridad y la vida de éstos correrían peligro; y el destino de Juan el Bautista y de Jesús mismo subrayó que este peligro era real. La predicción de Jesús confirmó el hecho de que el Imperio Romano se bañó, durante varios siglos, con la sangre de mártires cristianos.
En retrospectiva, Jesús dejó un potente incentivo para que sus seguidores afrontaran los peligros. Ese incentivo se denominó, en los Evangelios, el “Reino de Dios”. El Reino de Dios significó diferentes cosas para los diferentes cristianos a lo largo de los años. Lo que Jesús enseñó a los discípulos fue una espiritualidad distinta de la que enseñaba al mundo en general: “A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros a través de parábolas, porque viendo no ven, y porque oyendo no oyen ni entienden”.47 Para los otros a los que no les enseñaron “los misterios”, el Reino de Dios ha significado el modo de amar a Dios, de servir desinteresadamente a los necesitados, y de acompañar a los creyentes, o simplemente el Cielo. Jesús, sin embargo, dio algunos detalles acerca del Cielo.
Tal vez la razón de que actualmente haya tantos enfoques sobre el Cristianismo sea que Jesús dejó a sus seguidores muchas preguntas y pocas respuestas claras. ¿Cuáles son los misterios que él enseñó a sus discípulos? ¿Cómo debería vivir un cristiano en medio de sus responsabilidades mundanas, especialmente al día y a la época actuales? ¿Cuál es el significado de los milagros? ¿Por qué Judas lo traicionó? ¿Qué o quiénes causaron la crucifixión, y cuál es el significado de ésta? ¿Por qué Jesús fue tentado? ¿Hay más de la vida de Jesús de lo que sabemos? Hasta ahora los historiadores y teólogos sólo han sido capaces de especular, y uno podría leer literalmente miles de libros sobre estas cuestiones, exponiendo todos ellos diferentes teorías. Afortunadamente Meher Baba ha dado respuestas a tantos molestos interrogantes.
La historia describe a Juan el Bautista como un profeta algo extraño y nada convencional que “preparó el camino” para Jesús predicando a las multitudes, bautizándolas y, en última instancia, bautizando a Jesús. No resulta claro por qué Jesús necesitó ser bautizado. Baba explicó que “Juan el Bautista fue un ser maravilloso”. Arriesgó su vida; fue el Maestro de Jesús.”48 En cada advenimiento los cinco Maestros Perfectos deben develar al Avatar, y Juan el Bautista fue el principal Maestro Perfecto responsable de develar a Jesús.
Una amante de Baba escribió esto en su diario sobre una vez que visitó India para ver a Meher Baba: “La idea de que el hombre puede llegar a ser Dios ha sido olvidada en Occidente, aunque la Iglesia primitiva parece haber tenido algún conocimiento sobre la diferencia que existe entre Jesús y Cristo, pues celebraba el nacimiento de Cristo en la Epifanía, que también fue asociado con el Bautismo. Pues Juan el Bautista fue un Maestro Perfecto y Jesús se Realizó durante el Bautismo.”49 Juan el Bautista desempeñó en el advenimiento de Jesús el mismo papel de Hazrat Babajan en el advenimiento de Meher Baba.50
Juan el Bautista fue uno de los cinco Maestros Perfectos que “hizo descender al Avatar” y develó su consciencia. Baba mencionó a muy pocos de estos Maestros Perfectos de advenimientos anteriores, pero juzgó que Juan merecía una excepción a su “costumbre”.
Según la tradición, Jesús fue capaz de sucumbir a la tentación pero aparentemente aprobó la prueba dispuesta por Dios rechazando los muchos ofrecimientos de Satán. Por lo tanto, él “se demostró” apto para empezar su ministerio. La mirada tradicional sobre esto no puede ser correcta. El Avatar es perfecto: es Dios en forma humana. No existe la posibilidad de que él ceda ante las fuerzas del mal. Como una persona totalmente Auto-Realizada, sus acciones no son para él sino para la humanidad.
Cuando los editores de God Speaks preguntaron específicamente sobre las tentaciones de Jesús, Meher Baba dio esta explicación:
La verdad es que Jesús no fue tentado por Satán, sino que Jesús se tentó a sí mismo y venció a las tentaciones. Había un gran propósito detrás de esto. Él tenía que ser tentado; por lo que debía cargar con el peso de las fuerzas tentadoras que predominaban en el mundo. Entonces Jesús venció a todas las tentaciones y de esa manera creó una tremenda fuerza que actuó contrarrestando las fuerzas de las tentaciones universales. Lo mismo es verdad en el caso de Buda e igualmente todas las veces en los Períodos Avatáricos. En cada ocasión que Dios se manifiesta sobre la Tierra como el Avatar, Su Deidad da un impulso universal y el resultado es universal, o sea, no solamente la humanidad se beneficia sino que todo lo de la Creación se beneficia enteramente con este impulso universal.51
Baba dio un ejemplo de cómo este proceso todavía funciona en el mundo moderno. Al hablar con sus mándalis (sus discípulos), hizo este comentario: “Estos días trato de no enojarme ni exaltarme. Todas las veces que estoy a punto de hacerlo, recuerdo las palabras de Jesucristo y digo: ‘¡Apártate de mí, Satanás!’. Por lo tanto, todas las veces que cualquier pensamiento de lujuria, codicia, ira, celos, y asuntos monetarios o familiares trate de apoderarse de tu corazón, di conmigo: ‘¡Apártate de mí, Satanás’, y vive en paz.”52
No causa sorpresa que la mayor parte del mensaje de Jesús se haya perdido al ser contado repetidas veces, revisado y traducido durante dos mil años. Baba hizo los siguientes comentarios mientras conversaba con un sacerdote cristiano en 1937:
Si un conferenciante hablara hoy ante quinientas personas reunidas, y el mismo tema fuese repetido a otros por aquellas quinientas personas que lo escucharon, habría quinientas interpretaciones diferentes, ¡algunas imposibles de imaginar por el conferenciante! Por lo tanto, qué podría decirse de las enseñanzas de Maestros como Jesús interpretados después de él tal vez mil veces por distintos intérpretes en el pasado. A veces se pierde de vista la idea original o se vuelve irrelevante, pero aún así cada persona se adhiere a su propia interpretación diferente como si fuera la original.
He ahí por qué muchos vacilan hoy en día en creer en la Biblia y en otros libros así, cuando las interpretaciones no les son atractivas. ¡En la Biblia hay más de los escritores que de Jesucristo!
Así es cómo entre los fanáticos cultores de diferentes religiones siempre hay disputas por palabras y explicaciones que los Profetas nunca dijeron, pero que fueron asentadas en las denominadas escrituras sagradas por discípulos y sacerdotes demasiado entusiastas, lo cual naturalmente convulsiona la mente de los demás.53
Al explicarle las enseñanzas de Jesús a los niños de un colegio, Baba les comentó que las “enseñanzas que los cristianos siguen no son las que Cristo impartió. Los sacerdotes alteraron sus palabras y efectuaron agregados a sus enseñanzas y las desvirtuaron.”54 En otra ocasión, mientras estaba escuchando una alocución del Arzobispo de Canterbury, Meher Baba hizo este comentario: “Todos los miembros de la Iglesia hablan de Cristo nuestro Señor, pero no lo siguen.”55 A semejanza de todas las otras religiones, el Cristianismo ha perdido contacto con el mensaje original. Como Meher Baba le dijo a un grupo en Australia: “Actualmente la Cristiandad asiste a las iglesias. Se relaciona con los sermones y las ceremonias, y se olvida de lo que Jesús quería que se hiciera universalmente.”56
Pensar que el Cristianismo moderno se parece poco al mensaje original de Jesús no es algo sorprendente si consideramos el hecho de que no tenemos textos escritos por Jesús y que los Evangelios fueron escritos muchos años después de la crucifixión. Hasta ahora, los que sinceramente bregaron por comprender a Jesús afrontaron obstáculos casi insuperables. Sin embargo, Baba ha modificado para siempre nuestro punto de vista sobre Jesús.