Merwan Sheriar Irani, llamado por sus discípulos Meher Baba, que significa “Padre Compasivo”, es un Maestro Espiritual de India considerado como el Avatar de la Era (el Buda, el Cristo, el Rasool, el Antiguo). Avatar es un término sánscrito que significa “la encarnación de Dios en forma humana”, quien vuelve a la Tierra una y otra vez para el despertar espiritual de la humanidad. Es la primer alma individualizada que culminó el viaje a la realización del verdadero Yo.
El Samadhi, la tumba santuario donde reposa el cuerpo físico de Meher Baba se encuentra en Meherabad, India, y es actualmente un lugar de peregrinación para miles de seguidores de diferentes culturas y religiones.
Merwan nació en la madrugada del 25 de febrero de 1894 en Pune, India, en el seno de una familia zoroastriana. Su padre, Sheriar Mundegar Irani, era un derviche errante, quien desde su juventud demostró ser un sincero buscador de Dios, tuvo la visión de que a través de su hijo iba a encontrar lo que tanto anhelaba. Sheriar se casó con Shireen Dorab Khuramshahi, una joven que llevaba una vida sencilla.
Merwan estudió en una escuela cristiana en Pune y luego en el Deccan College. Tenía una voz melodiosa, tocaba varios instrumentos musicales y era poeta. Conocedor de diversas lenguas, admiraba especialmente los versos del poeta persa Hafiz. En su juventud practicó diversos deportes, particularmente el cricket, era muy querido por sus compañeros y su carácter era el de un líder natural.
En mayo de 1913, cuando el joven Merwan, de 19 años, iba en bicicleta a su casa desde el Deccan College, una anciana mujer musulmana, Hazrat Babajan, uno de los cinco Maestros Perfectos (Qutubs o Sadgurus) de la Era, le hizo señas desde debajo de un árbol neem. Cuando él se acercó, ella se levantó para estrechar al joven en un amoroso abrazo. Fue la primera vez que se encontraron, y aunque no se dijeron una sola palabra, este encuentro marcó el comienzo de un lapso de nueve meses que transformarían la vida de Merwan. Durante este tiempo, él visitaba frecuentemente a Hazrat Babajan, y se sentaba en silencio junto a ella bajo el árbol neem, a veces hasta altas horas de la noche.
Tiempo después, en enero de 1914, con un beso en la frente, Babajan reveló el estado latente de realización de Dios de Merwan, dando inicio así a su elevado destino espiritual.
Al experimentarse como Único e Infinito, Merwan no abandonó su cuerpo, como generalmente sucede con las almas que realizan a Dios, porque su destino era ser el Avatar de la Era. Durante el año siguiente, contactó a los otros cuatro Maestros Perfectos: Sai Baba de Shirdi, Upasni Maharaj de Sakori, Narayan Maharaj de Kedgaon y Tajuddin Baba de Nagpur. A lo largo de los siguientes siete años estuvo en contacto con los cinco Maestros Perfectos, y a través de la ayuda de ellos, Merwan descendió a la dualidad de la creación mientras retenía la experiencia infinita de la Unidad trascendente de Dios, estableciéndose así en la perfección espiritual.
El trabajo avatárico de Meher Baba comenzó en 1921 cuando reunió a sus primeros mándalis (los discípulos hombres y mujeres miembros de su círculo) que provenían de diferentes religiones y con los cuales vivió en un ashram durante algunos años.
En mayo de 1923 Meher Baba llegó por primera vez al sitio que ahora se conoce como Meherabad. Estas tierras, que eran propiedad de uno de sus discípulos cercanos, estaban cerca de la aldea de Arangaon en el distrito de Ahmednagar. Allí estableció su nuevo ashram, en el cual no se hacía distinción alguna entre castas o religiones, y vivían en armonía junto al Maestro.
En el año 1925, Meher Baba dijo a sus discípulos que a partir del 10 de julio guardaría silencio y lo mantuvo por 44 años hasta que dejó su cuerpo físico. A lo largo de más de cuatro décadas no pronunció una sola palabra. Sus múltiples mensajes fueron dictados mediante un tablero alfabético que luego Baba dejó de usar para comunicarse con un personal lenguaje de señas que era muy expresivo y que muchos comprendían. En esa época, dictó dos libros muy importantes: Dios habla y Discursos.
En abril de 1927, mientras paseaba por la colina de Meherabad, Baba se detuvo y señaló específicamente un lugar en el que quiso que cavaran un gran pozo. En retrospectiva, este fue un momento importante en su labor avatárica, pues ese sitio estaba destinado a ser su lugar de descanso final, más tarde conocido como el Samadhi, y que en la actualidad es lugar de peregrinación.
Desde 1928 hasta 1958 Meher Baba realizó varios viajes alrededor del mundo. Visitó Europa diez veces, Estados Unidos tres, y también visitó China, Irán, Australia y Egipto.
Su propósito al ir a Occidente, como explicó en ese momento, no era "con el objetivo de establecer nuevos credos, sociedades u organizaciones espirituales", sino más bien el de “unir todas las religiones como perlas en un único hilo, y revitalizarlas para las necesidades individuales y colectivas”, y "hacer que la gente entienda la religión en el verdadero sentido".
Meher Baba puso en evidencia que esto implicaba "desarrollar una actitud mental con el fin de ver la Existencia Infinita que prevalece en todo el universo", y de “atender las responsabilidades cotidianas permaneciendo desapegados de los resultados”, en ver "la misma Divinidad en el arte y la ciencia", y en “experimentar la conciencia más elevada y la dicha indivisible en la vida cotidiana".
Durante estos viajes Meher Baba se conectó con miles de personas, entre quienes estaban también sus discípulos y discípulas occidentales más cercanos. La integración de oriente y occidente a la luz de una Verdad espiritual trascendente sigue siendo una característica y un atractivo perdurable de su mensaje.
Una parte importante del trabajo de Meher Baba a través de los años, consistió en establecer contacto personal con miles de masts en la India. Los masts son peregrinos avanzados en el sendero espiritual, que se encuentran “embriagados de Dios”. Para realizar esta labor viajó miles de millas a lugares remotos en India y Sri Lanka. Otra de sus actividades fue bañar a los leprosos y lavar los pies de miles de pobres, así como distribuir cereales y ropa a los más necesitados.
Desde su trabajo en India y en Oriente con locos, enfermos, pobres y con almas espiritualmente avanzadas, hasta su contacto con miles de personas en Occidente, Meher Baba ha despertado a un incalculable número de seres humanos hacia la búsqueda de una consciencia más elevada.
El 16 de octubre de 1949, luego de una cuidadosa preparación Meher Baba, junto a algunos de sus mándalis, inició la que se denomina “Nueva Vida”, período que se extendió hasta 1952.
Para realizar este importante cambio, Meher Baba se desprendió de los lugares, posesiones y conexiones que había mantenido hasta ese momento, entrando en una fase de completo desamparo, desesperanza, y de total dependencia de Dios. Temporalmente dejó de lado su autoridad como Maestro Perfecto para convertirse en el “Buscador Perfecto de Dios” en nombre de toda la humanidad.
Este trabajo se concluyó con el "Manonash" o "aniquilación de la mente", que culminó a principios de 1952 en Meherazad, la nueva residencia de Meher Baba al norte de Ahmednagar.
Después de la fase de la Nueva Vida, Meher Baba reanudó la cercanía con sus seguidores de la "Vieja Vida", ofreciendo “darshan” (bendición por el contacto personal con el Maestro) a los cientos de miles que acudieron a su alrededor durante las masivas reuniones públicas en toda la India que se realizaron durante este período.
En febrero de 1954, por primera vez, Meher Baba se declaró públicamente el Avatar o el Cristo de la Era. Otros Avatares conocidos en la historia fueron Zoroastro, Rama, Krishna, Buda, Jesús y Mahoma.
Muchos de los mensajes más significativos de Meher Baba datan de la década de 1950, incluyendo "El Más Alto de los Altos", "El Llamado de Meher Baba" y "El Mensaje Universal". Así como la obra Dios Habla (God Speaks), la incomparable explicación de Meher Baba sobre el tema de Dios y la creación, que fue publicada en 1955.
Después de 1958 Meher Baba interrumpió sus viajes y darshans públicos, enfocándose más en su "Trabajo Universal" en los planos espirituales superiores, que hizo en estricto aislamiento. Este trabajo continuó a lo largo de la década de 1960 volviéndose cada vez más estricto, hasta 1968.
Además del gran Encuentro Oriente-Occidente de 1962 y el programa de darshan de Pune de 1965, los amantes de Baba ocasionalmente tuvieron la oportunidad de disfrutar de su presencia en el palacio Guruprasad en Pune.
En julio de 1968, Meher Baba anunció que había completado su trabajo al 100% para su satisfacción y que los resultados de este trabajo pronto comenzarían a manifestarse. Su salud se deterioró gravemente, y seis meses después, el 31 de enero de 1969, dejó su cuerpo físico para vivir eternamente en el corazón de todos sus amantes.
Baba dijo: “Estaré presente en el corazón de todos aquéllos que me aman. Yo nunca muero, ámenme, obedézcanme y me encontrarán”. Uno de sus mensajes más importantes, que figura en la inscripción de su Tumba, es: “Yo he venido no a enseñar sino a despertar”.
Aunque Meher Baba ha dejado su cuerpo, muchos escuchan su voz en el interior del corazón y acuden hasta su Samadhi en Meherabad para rendir tributo a su trabajo de amor y sumergirse en la fragancia de su presencia. Meher Baba dijo que él es el Antiguo: ‘‘Yo soy Aquél que tantos buscan y tan pocos encuentran”. Su mensaje de amor es que Dios está en el corazón de cada uno.
Meher Baba tenía una personalidad magnética y cautivadora, cuyo atractivo era evidente, no solo en su entorno íntimo, sino ante grandes multitudes. Muchos de los que lo conocieron han destacado en particular sus ojos y la intensidad de su mirada.
Una atmósfera de espontaneidad y buen humor se manifestaba naturalmente en su presencia. Meher Baba se relacionaba de forma distendida y sin esfuerzo aparente con todo tipo de personas y en el nivel de cada una. Aunque la disciplina que él requería de sus discípulos estaba signada por el fuego y la fuerza de carácter, su disposición habitual era compasiva y gentil, particularmente hacia aquellos que sufrían.
Hay muchos testimonios sobre la capacidad de Baba para inspirar amor, y muchos de los que han tomado y toman contacto con él siguen siendo "amantes de Baba" de por vida.
Meher Baba no dio importancia ni a los ritos ni a las ceremonias religiosas y atribuyó al amor por Dios el más alto valor. El amor divino, dijo, no reconoce ninguna barrera de casta, credo, religión, raza, sexo o nacionalidad, ya que se propaga directamente de corazón a corazón.
Afirmó que todos los caminos hacia Dios son válidos, si se siguen sinceramente y dijo a sus discípulos y seguidores de llevar vidas sencillas y naturales de amor y honestidad; de atender fielmente a las responsabilidades del mundo mientras se recuerda interiormente a Dios o al Maestro, y de entregarle a Él todas las acciones.
En todo el mundo los seguidores de Meher Baba continúan amándolo y honrándolo, no solo como un gran maestro espiritual, sino como el verdadero Amado Divino, o como la Manifestación de Dios en forma humana.
De acuerdo con el deseo de Baba, aquellos que lo aman y lo siguen se han abstenido de crear un culto o una religión. Meher Baba estableció personalmente tres centros, en Meherabad (India), en Myrtle Beach (Estados Unidos) y en Woombye (Australia). Allí, como también en otros centros en el mundo, hoy se reciben a los visitantes y estos lugares son puntos para la difusión de su mensaje de amor y verdad.