Destinada a desempeñar un importante papel en el juego divino, Ivy O. Duce, de regreso en 1941, después de más de una década buscando a Dios y el sentido más profundo de la existencia mediante diversas formas religiosas, mística, ocultismo y astrología, conoció a Rabia Martin, quien era la directora (murshida) de la Orden sufí, creada por Inayat Khan en Estados Unidos de América. Ivy Oneita Judd (tal su apellido de soltera) había nacido el 25 de febrero de 1895, en Nueva Jersey, y era hija única de un ingeniero que trabajaba para el inventor Thomas Alva Edison. Aunque era soprano especializada en música clásica, decidió estudiar derecho. Sin embargo, antes de terminar su preparación jurídica, Estados Unidos entraron en la Primera Guerra Mundial y ella viajó a Francia como voluntaria de la Cruz Roja. Terminada la guerra, pasó dos años viajando por América del Sur como representante de un banco internacional. De regreso en Nueva York, fue editora de la revista Century. En 1923 se casó con James Terry Duce, geólogo norteamericano a quien conoció en Sudamérica, y que posteriormente llegó a ser un ejecutivo petrolero de la compañía Arabian-American Oil. Seis años después, nació Charmian, la hija de ambos. El matrimonio Duce vivió a veces en Nueva York, San Francisco y Washington D.C., y también en el Oriente Medio. Desde 1941 en adelante, Ivy Duce trabó estrecha relación con Rabia Martin y fue iniciada en la Orden sufí, junto con Charmian, su hija adolescente.
Fue en 1942 cuando Rabia Martin se enteró de Meher Baba por Norina Matchabelli y Elizabeth Patterson. Durante los tres años siguientes, Rabia recogió toda la información que pudo sobre su vida y obra, estudiándolas a fondo. En la primavera de 1945, Rabia viajó de California a la ciudad de Nueva York y a Myrtle Beach, en Carolina del Sur, para pasar varios meses con Norina y Elizabeth. Durante este lapso, se convenció más profundamente de que Meher Baba era el Avatar y creyó sumamente importante compartir esta convicción con Ivy Duce. Así fue cómo, en el verano de 1945, Rabia reveló a Ivy Duce lo que ella conocía acerca de la presencia de Meher Baba en la Tierra, y le dijo que estaba convencida de Que él era un ser divino: el Avatar viviente. Por la amorosa influencia de Rabia, Duce también trabó estrecho contacto con Norina y Elizabeth. A instancias de Rabia, empezó a leer los libros, mensajes y discursos de Meher Baba. Ivy se entregó a la guía interna de Baba y comenzó a experimentar su presencia espiritual y su amor divino.
En la primavera de 1946, Ivy Duce tomó contacto directo con Baba mediante una carta, entregándose formalmente a él, tal como Rabia Martin lo había hecho. Esta es la carta que ella le escribió a Baba, quien estaba en India:
5 de marzo de 1946
Amadísimo Meher Baba:
... Estos días nuestros corazones están muy alegres y colmados de júbilo y gratitud porque te tenemos, antes de que te veamos realmente. Esto es maravilloso, y quiero agradecerte con estas pobres palabras tu amor y tu pensamiento que nos rodean todo el tiempo. Somos profundamente conscientes de esto...
Comprendo tu mensaje acerca de la astrología y sé plenamente que puedes elevarnos por encima de la “rueda”, pero que también deseas expiar una parte de nuestro karma. Me entrego totalmente a ti y sólo te pido que me digas qué puedo hacer para servirte y cómo librarme de todas las ataduras sanskáricas para poder lograr la Realización de Dios mediante tu gracia...
Charmian –yo lo sé– piensa lo mismo que yo.
Te enviamos la devoción de nuestros corazones y, Sagrado Maestro, ten compasión de nuestras “mentes occidentales”, pues nuestros cuerpos se nutrieron en Occidente, sin que aquí nos enseñaran apropiadamente cristianismo, mística o cualquier otra aproximación a Dios. A los occidentales nos resulta difícil aspirar a experimentar lo que no se nos ha enseñado como una meta ideal.
Pocas semanas después, Baba le contestó a Ivy Duce por medio de su secretario Adi K. Irani:
3 de abril de 1946
A Shri Meher Baba le complació muchísimo enterarse de tu entusiasta anhelo de entregarte a él y servirle a él y a su causa. También conoce a fondo que tu aspiración es verle. Dice que todos tus sinceros anhelos se cumplirán oportunamente, a su debido tiempo. Te dice que no te preocupes por nada.
Shri Baba te envía su amor y sus bendiciones.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher IX.