Baba hizo un comentario acerca de los hábitos:

Todo lo que se transforma en hábito pierde su frescura, sinceridad y entusiasmo: incluso el arrepentimiento. Si flaquean y se arrepienten todos los días por haber sido débiles, al final descubren que su única debilidad es la de haberse arrepentido. Solamente el amor sigue siendo siempre fresco.

El hábito de hacer preguntas y dudar se vuelve en contra finalmente sobre quien está preguntando. Vivekananda solía hacer siempre estas preguntas: “¿Por qué? ¿Por qué esto? ¿Por qué aquello?”. Ramakrishna lo quería muchísimo, y por eso acostumbraba contestarle. Pero un día lo sacó de quicio y no le contestó. Vivekananda siguió haciéndole preguntas, pero no obtuvo respuesta.

Entonces, una vez, a medianoche, Ramakrishna le dijo: “Tráeme comida”, y le pidió determinadas clases de platos. Vivekananda no pudo encontrar esa comida en la casa a esa hora. Entonces Ramakrishna le preguntó: “¿Por qué? ¿Por qué no está disponible?”, y Vivekananda le dijo: “¡Porque son las doce de la noche! ¡No es hora para comer!”. En ese instante Vivekananda tuvo su respuesta. A partir de ese día, nunca volvió a hacer preguntas.

— Bhau Kalchuri, Lord Meher VI.