Una mujer visitó a Baba; le preguntó: –Cuando una persona está rodeada, por todos lados por circunstancias desfavorables y por dificultades, sin encontrar una salida, ¿estaría justificada si él o ella hiciera algo que comúnmente se denomina indeseable o indecente?
Baba le dio una extensa respuesta:
"Resulta justificable que una persona haga cualquier cosa en tales circunstancias, con tal que eso no implique un interés o un placer personal. Por ejemplo, si para sacar una moneda de plata de un montón de excrementos, una persona se ensucia la mano y después se la lava, no se la puede culpar porque haga eso. Se ensucia la mano con determinado propósito y se la lava después de lograr su objetivo. Esto no es pecado.
Este es otro ejemplo; supongamos que un hombre afronta circunstancias que le son adversas por todos lados: su familia se está muriendo de hambre y un familiar está por morir, el hombre no tiene recursos para suministrar alimento o medicamentos a su pariente moribundo y se halla totalmente desamparado. En este caso, si ese hombre tiene que recurrir a medios indeseables o incluso ilícitos para salvar la vida de otra persona, sin pensar en nada para sí o para su propia felicidad, está justificado al obrar así. Se ve obligado a hacerlo para salvar la vida de otros por motivos desinteresados.
En suma, este medio que sin embargo puede parecer una mala acción, no debería ser juzgado sobre la base de normas de moralidad propias del mundo, sino puramente basándose en los motivos subyacentes. Este es el punto de vista espiritual o el criterio espiritual, más allá de lo impactante o absurdo que parezca a las personas que tienen una mentalidad propia de este mundo."
— Bhau Kalchuri, Lord Meher V.