Poco antes de irse del lugar en el que dio darshan, el humor de Baba cambió, y por ser su cumpleaños, rememoró informalmente:

Cuando yo estaba estudiando en el Colegio Deccan, tenía un amigo que se llamaba Ramnath, a quien le gustaba leer biografías de santos. Éramos grandes amigos, y un día Ramnath me dio para leer un libro titulado Vida del Buda. Mientras lo estaba leyendo, encontré una página según la cual el Buda había dicho que cuando él regresara en un cuerpo físico, su nombre sería Maitreya (Señor de la Misericordia). Yo todavía no había ido a ver a Babajan. Pero después de leer ese pasaje pensé, o más bien sentí espontáneamente que yo era la “Misericordia” misma a la que el Buda se refería.

Con posterioridad Upasni Maharaj me reveló que yo era el Avatar. También Babajan un día me dijo: “¡Hijo mío, tú harás que el mundo entero baile con tu ritmo!”. Sin embargo hoy sé claramente que yo soy Eso. ¡Mi nombre, Meher, significa misericordia!

La modestia es debilidad, pero la humildad es fortaleza. Por lo tanto, es enorme la diferencia que existe entre las dos. En el momento en el que ustedes dicen: “Digo con total humildad”, esta expresión misma es la del ego que existe dentro de ustedes. Aunque crean que son humildes, este sentimiento es egoísta.

Esta dificultad ni siquiera termina si tratan de expresar verdadera humildad siendo verdaderamente sinceros. Con seguridad aparecerá un obstáculo, como por ejemplo, pensar en lo que los demás puedan pensar de la humildad que ustedes expresan. En el caso de la modestia, son en tal medida acosados por pensar si su conducta es la correcta, que ustedes mismos se crean un complejo de inferioridad, y eso no es fortaleza sino debilidad.

La modestia deja de existir tan pronto la humildad se expresa. Es un disparate expresar deliberadamente la humildad. La humildad hay que vivirla espontáneamente, sin dar origen a pensar para nada en la humildad o en la modestia. Por ejemplo, supongan que se proponen limpiar una letrina pero que, cuando realmente empiezan a hacerlo, no pueden dejar de oler el hedor, mientras que ese hedor no afectará para nada al cloaquista que toda su vida limpia letrinas. De manera similar, quien hace ostentación de su humildad se parece a quien huele el hedor cuando está limpiando una letrina, mientras que quien vive con humildad se parece al cloaquista que no sólo es inmune al hedor sino que también no piensa para nada en lo que los demás piensan sobre él y su trabajo, porque él vive realmente la vida de un cloaquista.

También es un disparate tener que tratar de ser humildes. Deben ser tan naturales que su vida se convierta en la humildad personificada, la cual es, luego, fortaleza total, libre de cualquier debilidad. Solamente Dios y los Maestros Perfectos pueden vivir una vida semejante. Son los únicos realmente humildes. Por eso, lo que ustedes sean, exprésenlo sin pensar en lo que la gente opine o en cómo los demás reaccionarán.

Sean naturales. Si no son sinceros, no traten de esconderse tras el telón de la sinceridad. Sin embargo, eso no significa que deban ser falsos. Lo que quiero decir es que deben ser muy naturales en vez de ser menos hipócritas.

— Bhau Kalchuri, Lord Meher XII.