Baba indicó a Eruch que leyera en voz alta el mensaje titulado “Ciencia material y espiritual”, que él dictó a las seis menos cuarto de la mañana:
Así como Dios es infinito, también la imaginación, y todo lo proveniente de la imaginación –llamada la sombra de Dios– son infinitos, y esa imaginación también es infinita. Podemos imaginar hasta el infinito cualquier cosa y todas las cosas.
Como se la entiende hoy en día, la ciencia se ocupa de la energía y la materia. Esta ciencia material se encuentra en el campo de la mente. También existe la ciencia espiritual, la cual se ocupa del estado que está más allá de la mente. Tanto la ciencia material como la ciencia espiritual proporcionan pruebas y demostraciones. La ciencia material produce resultados mediante el intelecto, y la ciencia espiritual mediante el amor. Al Dios Infinito se lo realiza cuando se experimenta plenamente el amor, fuente de la ciencia espiritual. Entonces se descubre que todas las demás cosas son solamente fenómenos ilusorios.
Puesto que la ciencia espiritual se basa solamente en el amor y se halla más allá de la sistemática intelección mental, esta colmada de altibajos, contradicciones e imprecisiones, que solamente el amor es capaz de afrontar y superar. Esto se debe a que la ciencia material realza la vida del ego, mientras que la ciencia espiritual la aniquila.
Luego Eruch leyó en voz alta el mensaje titulado “La convicción interna”, dictado a las nueve y media de esa mañana:
Hay dos clases de experiencias: una es la externa y la otra es la interna. La experiencia externa puede tenerse con medios físicos. Lo que vemos realmente del mundo físico con los ojos físicos nos brinda una especie de convicción, pero a veces incluso esta convicción se basa en un análisis falso. Así como cuando por casualidad vemos que un hombre está tomando leche de una botella bajo una palmera, después de haber visto esto nos convencemos de que ese hombre debió haber estado bebiendo el zumo de esa palmera, lo cual es falso. Pero lo que vemos con el ojo interior nos brinda una convicción total y clara que nunca puede fallar y ser falsa.
Cuando a Dios lo vemos realmente, con el ojo interior, como la Existencia Omnipresente, entonces lo único que necesitamos es convertirnos en esa Existencia Infinita. De modo que lo que realmente necesitamos no consiste en meras teorizaciones y razonamientos sino en una real experiencia que nos brinda una convicción eterna, y esto sólo podemos tenerlo mediante el amor.
Una vez que fueron leídos estos mensajes, Baba se dirigió a Singh, declarando:
¡La cuestión es que tratamos de entender esas cosas por medio de la mente, la cual sólo puede entenderlas cuando no hay mente! Tú mismo eres tu propio velo
¡Cuando tú te vuelves invisible, Dios se vuelve visible! Pero esto requiere experiencia, y la gracia es necesaria para ganar esa Experiencia. Es inútil tratar de comprender mediante la mente cosas que no se pueden entender.tú te vuelves invisible, Dios se vuelve visible! Pero esto requiere experiencia, y la gracia es necesaria para ganar esa Experiencia. Es inútil tratar de comprender mediante la mente cosas que no se pueden entender.
Luego Baba se dirigió a los demás: “Mis discursos, el Vedanta, los Upanishads y todos los textos religiosos no tienen valor. Literalmente, son explicaciones de lo Inexplicable. No puede explicarse lo que no puede entenderse. Por eso, a todo eso lo llamo mera guppa (charla vana, cháchara). Lo que se necesita es la Experiencia. Entonces todos los mensajes y dudas desaparecen para siempre. Entonces sabemos que siempre fuimos infinitos, somos infinitos y seguiremos siendo infinitos”.
–Baba, ¿qué debo hacer para realizar a Dios? –le preguntó Dadi Mehta.
Baba deletreó esta respuesta: “Dios es Perfecta Sinceridad, y en nuestros esfuerzos por realizarlo, necesitamos una sinceridad perfecta. Para realizarlo debemos ser sinceros en todo: en lo que hablamos, en lo que hacemos y en lo que pensamos”.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher XII.