Oh glorioso y Antiguo eterno,
tu rostro es un sol brillante y trascendental.
Ilumina este oscuro mundo y las lágrimas que derramo;
¡Oh Meher! mi corazón te entrego para que lo cuides.
Eres Creador sin haber sido creado,
divino Avatar, eres Verdad, la Verdad Encarnada,
aquel que por compasión sostiene los tres mundos,
destruye la ignorancia que la vida sostiene.
Estas cinco luces son los rayos del aliento
de la rueda mundana que me lleva a la muerte
a menos que Tú, con tu infinita bondad,
rompas el eje de la mente condicionada.
Este incienso es mi amor, estos frutos mi arte
que para complacerte dí forma en mi corazón;
acéptalos como si fueran una simple flor
que no tiene valor más allá de su momento de esplendor.
Tú eres mi Ser. En alabanza te canto
y ruego que tu amor me sostenga a través de los días
hasta que Tú, el Eternamente Perfecto,
ilumines mi oscuridad con tu resplandeciente sol.