Una vez un hombre inquisitivo y escéptico fue a ver a Bayazid, el Maestro Perfecto, y le dijo: “Tú, siendo Perfecto, debes conocer los pensamientos de los demás. ¿Qué estoy pensando justo ahora?”. Bayazid respondió: “Estás pensando en lo que no deberías haber pensado y preguntando lo que no deberías haber preguntado. Si hubieses venido con la mente abierta y la lengua contenida, hubieses recibido lo que deberías haber recibido, en lugar de esta bien merecida reprimenda”.