Era tras era, en medio del clamor creado por agitaciones, guerras, temores y caos, suena el Llamado del Avatar: “¡Vengan todos a Mí!”. Aunque, debido al velo de la ilusión, este llamado del Antiguo parezca una voz en el desierto, su eco y re-eco penetra atravesando el tiempo y el espacio, despertando al principio a unos pocos, y finalmente a millones de seres, de su profundo sueño de ignorancia. Y en medio de la ilusión, como la Voz que está detrás de todas las voces, despierta a la Humanidad para que dé testimonio de la manifestación de Dios en medio del género humano. Este tiempo ha llegado. Y yo repito el llamado y les pido a todos que vengan a mí.1
La palabra “Avatar” suele emplearse sin debida atención en Occidente, a veces como un sinónimo seudo-intelectualizado de “encarnación” o “forma [física]”, y en ocasiones refiriéndose a alguien que aparenta ser espiritual. A pesar de esta confusión, “Avatar” es un vocablo preciso que se refiere a un individuo específico. Meher Baba nos dice:
El Avatar es el descenso consciente de Dios en la limitada forma [física] del ser humano.2
¿Quién es el Avatar y qué papel desempeña? Por primera vez en los registros históricos, nos complace que sea el Avatar mismo quien explique este tema clave.
La Creación empezó con lo que Meher Baba llama el “capricho” original, así denominado debido a que lo que impulsó a Dios sin forma a volverse consciente de Sí Mismo no puede ser descripto racionalmente de cualquier otra manera. Este capricho creó a la primer alma, la cual emprendió una increíble travesía pasando por interminables y variadas formas subhumanas como gas, mineral, vegetal, pez, ave y cuerpos animales hasta alcanzar la forma y la consciencia humanas. Con gran persistencia y valentía, esa primera alma atravesó variadas encarnaciones en la forma humana. Luego la consciencia tomó parte en los siete planos de la consciencia interior hasta que esa primera alma logró la unión con Dios, o sea, el objetivo de la vida. Esa primera alma se convirtió en el Avatar. Meher Baba cuenta detalladamente la historia de la Creación y su propósito en Su libro Dios Habla3 y Bhau Kalchuri desarrolla estos temas en La Nada y el Todo.4 Estos dos libros son guías incomparables para esta compleja asignatura.
El Avatar es el primer hombre que efectúa exitosamente la travesía desde la minúscula forma original de la consciencia hacia la realización de Dios en la forma humana:
En la travesía de la Primer Alma, Adán, Shiva, no hubo un Maestro al que pudiera acudir para que la ayudara a realizar a Dios. El Primer Ser Humano estuvo solo en el momento de Su Realización y alcanzó independientemente la Realización de Sí Mismo. El Primer Hombre llegó a ser Quien Realizó a Dios mediante Su propio esfuerzo y descendió de vuelta en la Creación (Ilusión) por Su propia cuenta. En ese momento, Él se convirtió en el Primer Sadguru y el Primer Avatar.5
Esta primera alma (que ahora se ha convertido en el Avatar) regresa una y otra vez a la tierra aproximadamente cada 700/1400 años sólo para ayudar a la Humanidad a que avance espiritualmente.6 Una vez que esta primera alma logró la Realización de Dios, nada le queda por ganar o comprobar porque logró el objetivo de la Creación. El Avatar regresa a la forma humana al compadecerse de la Humanidad descarriada y sufriente que aún se debate sin tener noción de cómo lograr el objetivo de la vida.7
El Avatar siempre regresa en una forma masculina8 y siempre nacerá en Asia.9 (Meher Baba define a Asia con bastante amplitud como para incluir lo que nosotros pensamos que se trata del Medio Oriente). Puede nacer en circunstancias privilegiadas, como en los casos del Budha y Rama, o puede nacer en circunstancias humildes, como en los casos de Jesús y Mahoma. La comunidad religiosa en la que nace, generalmente le da al Avatar una gran oposición.10 Los Avatares sobre los que se trata en este libro son aquellos a los que Meher Baba se refiere minuciosamente, pero Baba también sugiere que existieron otros Avatares en otras eras.11 Puesto que este libro tiene como finalidad explorar lo que Baba dio a conocer acerca del Avatar, se limita a aquellos Avatares en quienes Baba concentró Su atención.
Cuando Dios “desciende” en forma humana como el Avatar, vive la primera parte de Su vida como una persona “normal”, pasando por la niñez y la adolescencia hasta que comienza Su singular Labor. Quienes catalizan cada descenso son cinco Maestros Perfectos, los cuales controlan el descenso y el desarrollo del Avatar.12 Estos seres que Realizaron a Dios “hacen bajar” al Avatar y luego le revelan Su verdadera identidad.
Baba explica que cada alma pasa por un extenso proceso, reencarnando hasta alcanzar el objetivo de la vida, o sea la unión con Dios. El alma de cada ser no tiene opción acerca de este proceso: uno reencarna hasta que alcanza el objetivo de la vida. Sin embargo, el periódico descenso del Avatar en la forma humana no es causado por el karma (o sea, por la ley de causa y efecto) ni por los sanskaras (o sea, las impresiones o improntas mentales), los cuales fuerzan el proceso de reencarnación de los seres humanos comunes y corrientes. Meher Baba lo aclara:
El descenso directo de Dios en la Tierra como Avatar es Dios que, con carácter independiente, se convierte directamente en hombre, sin experimentar o pasar por los procesos de evolución, reencarnación e involución de la consciencia. Por consiguiente, Dios se convierte directamente en Dios-Hombre, y vive su carácter divino de Altísimo de lo Alto, o del Antiguo, a través de estos Qutubs, o Sadgurus, o Maestros Perfectos de la era.13
El trabajo de “hacer bajar” al Avatar en la Creación no es un proceso que se pueda explicar fácilmente. Los Maestros Perfectos observan detenidamente al joven Avatar y, en la hora señalada, le dan a conocer cuál es Su verdadera consciencia y Su misión en la vida. Aunque es poco lo que sabemos sobre cómo se dieron a conocer las otras venidas del Avatar, Meher Baba ha dado una extraordinaria cantidad de pormenores sobre cómo se le hizo conocer esto, incluso identificando a cada Maestro Perfecto que le ayudó en el proceso de develarse.14 Los Maestros Perfectos ayudan al Avatar a efectuar una transición desde que es un joven con consciencia común y corriente hasta que es un hombre con consciencia perfecta, la cual incluye la plena consciencia de los planos físico, sutil y mental de consciencia y la plena consciencia de la realidad divina más allá de la Creación ilusoria. Todo el proceso tarda años y es inimaginablemente arduo y doloroso.
Una vez que los Maestros Perfectos dieron a conocer aquello al Avatar y Lo prepararon para Su labor, Él se hace cargo de los asuntos de la Creación. Por así decirlo, se convierte en el Presidente del Consejo de la Creación. Meher Baba explica esto:
Durante el Período Avatárico, entre los cinco Maestros Perfectos vivientes, el que solía oficiar de Qutub-e-Irshad [Maestro Perfecto de mayor jerarquía] cesa de tener este oficio divino con la venida del Avatar, y hace entrega de su deber y su cargo, por el que es único responsable de los asuntos del Universo, en manos del Dios-Hombre tan pronto Éste puede asumir Su oficio como el Cristo –como el Avatar de esta era– y mientras se halla en un cuerpo físico sigue conservando el mismo oficio de Qutub como el que tienen los otros cuatro.15
La pregunta acerca de lo que el Avatar “hace” debe ser respondida en tres niveles. Primeramente en el nivel físico: ¿cuáles son los pormenores de la vida mundana del Avatar? En segundo lugar, el nivel interno: ¿qué hace el Avatar para cambiar el curso principal del Universo? Y en tercer lugar, el propósito: ¿por qué viene? La tercera es tal vez la pregunta más fácil de responder. Dios baja a este mundo como el Avatar para despertar el amor de Dios y estimular el avance espiritual hacia Dios. Baba explica que el objetivo de la vida es unir con Dios por medio del amor. Todo lo que el Avatar hace sirve a Su propósito de mover a las almas del Universo hacia Dios. El Avatar no tiene absolutamente nada que ganar para Sí Mismo descendiendo al mundo porque Él ya alcanzó el objetivo de la vida.
La respuesta a la primera pregunta atormentó y frustró durante siglos a los biógrafos. Con excepción de Meher Baba, los anteriores Avatares vivieron en una era anterior a la imprenta y las cámaras. La minuciosa búsqueda de pormenores acerca de Avatares anteriores ha sido toda una hazaña pero frecuentemente condenada al fracaso. Nos quedan detalles transmitidos por la tradición oral y transcripciones relativamente rudimentarias. Tal como lo muestra Baba al glosar las vidas de aquellos Avatares anteriores, los historiadores y estudiosos de las religiones nunca habían captado estrictamente qué era el Avatar.
Baba ha reparado para siempre la falta de detalles confiables acerca de la vida del Avatar. Actualmente la posteridad tiene películas (también convertidas en video-tapes), incluso fotografías, los propios escritos de Baba y una amplia variedad de material biográfico sobre Su vida. En especial, tenemos Lord Meher, de Bhau Kalchuri, una biografía definitiva sobre Meher Baba, integrada por veinte tomos y casi siete mil páginas. Puesto que el Avatar es el mismo individuo que simplemente regresa cada tanto a la Tierra, Lord Meher nos da no solamente un entendimiento de Meher Baba sino también de la personalidad Avatárica, pues todas las venidas del Avatar comparten determinadas características.
En cuanto a la segunda pregunta, el trabajo interior del Avatar con la Creación Misma no puede recopilarse intuitivamente a partir de pormenores biográficos de Su vida externa. Afortunadamente, tenemos minuciosas descripciones de Baba sobre el “trabajo” único del Avatar para esclarecernos en esta materia. El Avatar da a toda la Creación un “impulso” espiritual hacia el objetivo de la unión con Dios. Baba sintetiza este proceso:
Cada vez que Dios se manifiesta sobre la Tierra como Avatar, Su Divinidad da un impulso universal y el resultado es universal, o sea, no solamente la Humanidad cosecha este beneficio sino que toda la Creación cosecha el beneficio de este impulso universal.16
Este impulso espiritual incluye una minuciosa planificación del destino del mundo durante centenares o miles de años en el futuro.17 Aunque el Avatar está personalmente a cargo esta minuciosa planificación, Él obtiene la ayuda de los miembros de la jerarquía espiritual.18 El concepto de jerarquía espiritual es, sin embargo, otra invalorable contribución de Baba al acervo de conocimientos sobre la espiritualidad. Aunque el alcance de este libro no permite una minuciosa descripción de la jerarquía espiritual, el lector encontrará esta descripción en las páginas 254-257 de Dios habla. Allí Baba explica que el funcionamiento de la jerarquía espiritual consiste en siete mil individuos además del Avatar propiamente dicho. Cada uno de estos individuos está en (o entre) uno de los planos interiores de consciencia. Estas almas son las almas espiritualmente avanzadas del mundo, y el mundo en general conoce a muy pocas de ellas.
Aunque el mensaje esencial de todo Avatar consiste en “Amar a Dios”, Su vida externa y Su enseñanza se adaptan a los singulares tiempos y culturas en los que Él aparece. Las vidas de los diversos Avatares muestran la extraordinaria versatilidad de Dios. Sin embargo, el Avatar no ve Su trabajo meramente en el marco temporal de una sola vida; Él prevé el curso de la historia para los siglos venideros. El resultado del trabajo de todos los Avatares recientes es que por lo menos una religión inspirada por un Avatar ha penetrado al menos todos los rincones del mundo. Baba comentó:
La forma externa de la vida del Avatar es regulada por los hábitos y costumbres de los tiempos, y él adopta la actitud que sea más adecuada para que sirva de ejemplo a sus contemporáneos. Pero en esencia, todos los Avatares encarnan el mismo ideal de vida.
Los Avatares encarnan en este mundo en diferentes épocas y por lo tanto sus enseñanzas tienen que adaptarse a la mentalidad de su época. Algunas veces el Avatar basa su enseñanza en la búsqueda del Dios personal, y otras veces, en la búsqueda del Dios impersonal. Esto puede ser comparado con un hospital en el que los enfermos se quejan de sed en diferentes momentos. El médico recetará té o café por la mañana a los que se quejan en la mañana, agua o jugo de fruta en la tarde, yogur diluido al anochecer, y leche caliente antes de dormir. El médico es el mismo y la queja es la misma, pero la sed se apaga de diferentes maneras según los distintos estados en diferentes momentos. Dios, que se manifiesta como el Avatar en diferentes tiempos, apaga de diferentes maneras la sed de un hombre. Todos los seres humanos, consciente o inconscientemente, tienen la misma sed de Verdad.19
Indefectiblemente, el Avatar es un líder: intrépido, carismático, dinámico, caballeresco y rebosante de vida y humor. El humor es una melodía constante en la vida de cada Avatar, aunque el humor singular de los Avatares a menudo sea sepultado en la mitología y acartonado mojigatamente en el retrato del Avatar al que se abraza la religión ortodoxa que surge en Su nombre. Es sensacional la capacidad que tiene el Avatar para reírse de todo en la vida:
Cuentan que una vez Rasul-e-Khuda, el Mensajero de Dios, se sintió enfermo y alguien sugirió que se debía a un mal de ojo y que debería dejar una navaja abierta bajo la almohada al dormir. Él lo hizo y a partir de entonces se declaró curado. Este era el sentido del humor, llámeselo común y corriente, o divino, del Profeta Mahoma.
Es un hecho que durante la niñez de sus nietos, Hassan y Hussain, el Profeta les predijo el Moharrun (martirio) en la batalla de “Karbala”, y se lo dijo a su hija Fátima, la madre de los mártires. Ahora bien, si el Profeta que de hecho convirtió a los entonces sabios de Arabia en portadores de la antorcha de la fe, del amor y de la verdad para el mundo, ni siquiera trató de evitar la máxima tragedia del Islam, o de detener el muy horrible final de sus dos únicos nietos, eso se debió únicamente al divino sentido del humor de Dios en Mahoma.
De manera parecida, no sólo la lucha entre los Kauravas y los Pandavas, y el consiguiente derramamiento de sangre, se debió al divino sentido del humor en Krishna; sino también que ese humor llegó a su punto culminante cuando el mismísimo Krishna murió por una flecha que alcanzó una de sus piernas y que provino del arco de un cazador común y corriente que nunca había tenido la intención de hacer daño de manera alguna al Avatar Rangila (pintoresco y juguetón). El bondadoso Jesús sabía muy bien que su discípulo más directo lo traicionaría, provocando así su crucifixión. Pero, debido al divino sentido del humor, Jesucristo no intentó salvarse de la crucifixión y aún así el mundo lo sigue considerando justamente como el Salvador de la Humanidad. El más divertido sentido del humor fue por parte de Buda cuando murió de simple disentería, aunque su “medicina” para las enfermedades espirituales de la Humanidad se mantiene firme hasta el día de hoy. En pocas palabras, salvo que las circunstancias, la atmósfera y el entorno cambien, la misma viejísima historia se va repitiendo una y otra vez, lo cual prueba por sí solo el divino sentido del humor (o lila) de Dios. Sin embargo, la manifestación del juego divino (o lila) depende de los Grandes Seres de Dios, quienes logran la Unidad con Dios. Y de esta manera, a pesar de que ellos se elevan por encima de la ley de la dualidad, aún retienen el divino sentido del humor para soportar la ley universal de la ignorancia, mediante la cual se logra el Conocimiento Divino durante toda la eternidad. Quienes estaban conmigo allí cuando se produjo en los Estados Unidos mi accidente automovilístico, son los únicos capaces de describir bien mi propio sentido del humor en relación con lo completamente golpeado, herido y literalmente desvalido y desahuciado que estaba cuando yacía con los huesos fracturados en un charco de mi propia sangre junto con mis más queridos discípulos. Sin embargo, mantuve mi silencio y mi consciencia durante toda la crisis y el prolongado lapso de convalecencia.20
Por increíble que parezca, el Avatar puede incluso pensar con humor en la crucifixión (y en muchas otras formas de morir). Para Él la vida y la muerte no son serias; Dios es lo serio. Nunca termina ni la búsqueda de Dios ni el anhelo de alcanzar como objetivo la unión con Dios. Baba explica claramente que el alma atraviesa incontables encarnaciones hasta llegar a la meta. Desde el punto de vista del Avatar, la muerte de un cuerpo es nada más que el cambio de una prenda de vestir.
La historia y la religión ortodoxa opacan el humor y la humanidad del Avatar. El Avatar pone de manifiesto todas las cualidades humanas con un grado de refinamiento y perfección que deleita a quienes le rodean. Como lo observó irónicamente uno de los discípulos de Meher Baba: “No hay razón de por qué Dios no debería tener sentido del humor. De hecho, si Él no lo tuviera, nosotros no podríamos tenerlo; nada puede provenir de ninguna parte: toda cualidad limitada debe provenir de una cualidad ilimitada.21