El 5 de mayo de 1937, Baba reunió a los hombres y mujeres de Occidente y les narró esta breve anécdota para dar un ejemplo de qué es la obediencia...

"Hay una conexión muy estrecha entre el carácter de un hombre y sus circunstancias, y entre sus íntimos pensamientos y deseos y su entorno social externo. ‘Como eres por dentro, así eres por fuera’, esta es la ley..."

"Hay tres modos principales en los que trabajo: en forma individual, en forma colectiva para las masas y en forma universal..."

"Cada día, cada hora y cada minuto de la vida de un hombre es una especie de pequeña guerra entre el corazón y la mente, entre la emoción y el intelecto, entre lo bueno y lo malo."

Baba explicó en uno de sus discursos cuál es la diferencia que existe entre la ayuda real y la ayuda material provisoria: "La gente sufre en este mundo a causa de su propio karma. Pero nadie debería temer estos males y sufrimientos, pues son el comienzo de la felicidad real..."

"El sufrimiento sobreviene por ignorancia o apego a la ilusión. En su mayoría, las personas juegan con las ilusiones como los niños lo hacen con los juguetes. El sufrimiento es inevitable si las cosas efímeras de este mundo los atrapan y se aferran a valores ilusorios..."

"Yo nunca estoy en silencio. Yo hablo eternamente. La voz que se escucha en la profundidad del alma es mi voz..."

"¿De dónde? y ¿adónde? son los dos interrogantes eternos y punzantes que generan una inquietud divina en la mente del ser humano."

"Dios no escucha el lenguaje de la lengua, constituido por japa, zikra, mantras y cantos piadosos. Él no escucha el lenguaje de la mente, constituido por meditación, concentración y pensamientos sobre Dios. Él escucha solamente el lenguaje del corazón, constituido por el amor..."

Elizabeth Patterson preguntó a Baba: ¿Adónde vamos cuando nos dormimos? ¡A todas partes!, replicó Baba. Están siempre en todas partes. Incluso ahora, aunque están plenamente conscientes, no son conscientes de que están en todas partes, porque la mente siempre tiene la tendencia natural a perder su identidad. ¿Esto está claro? Elizabeth preguntó: entonces, ¿qué nos hace despertar?